Los pistachos son de origen mediterráneo y oriente medio. Su árbol necesita un clima caluroso y seco, semidesértico, con veranos cálidos para que el fruto pueda madurar correctamente. Tolera hasta los 40 grados centígrados. Resiste bien el viento, pero no las lluvias.
El árbol tarda más de 5 años en dar fruto y no alcanza su máxima producción los 10 o 15 años. Este produce fruto durante 60 años.
Basta con mover el árbol para que se desprendan fácilmente aquellos frutos que hayan alcanzado su punto de madurez y estén listos para ser recolectados. Se sabe que el fruto ha llegado a dicho punto porque se puede observar que la cáscara del fruto se ha abierto y se puede ver en su interior verde intenso. Usualmente se recolecta antes de su total madurez para evitar plagas que puedan dañar el fruto.
Una vez recolectado, se debe retirar la capa de la cascada para evitar la proliferación y desarrollo de hongos que generan toxinas. Es importante recalcar que si la cáscara del pistacho no está abierta, este fruto no se debe ingerir, ya que todavía está verde y sin madurar.